Los días de circo y música son ya un imprescindible en Sallent de Gállego desde hace casi tres semanas. Las mañanas de mercado y las tardes de espectáculo interrumpieron en nuestros veranos y ahora no sabríamos qué hacer sin ellos.
El último miércoles de El Mundo en Sallent Festival tuvo un poco de cada cosa. El circo, sello indiscutible del festival, volvió a abrirse en el escenario de las Escuelas para admirar equilibrismo y humor. En la zona del mercado, fue el turno de Maren en concierto con su banda, para poner el punto y final a un día que dio una tregua de temperaturas.
Al Filo con Nostraxladamus
El entorno pirenaico fue el lugar perfecto para la historia que cuenta la compañía Nostraxladamus en su espectáculo ‘Al Filo’. Todo comenzó con un intrépido montañero y una propuesta un tanto arriesgada: subir y bajar todos los montes de la zona en una misma tarde.
Algunos, ante tal desafío, se ajustaban los cordones de las zapatillas. Otros, incrédulos, esperaban que todo se tratase de una broma. Pronto se disiparon las dudas, cuando el protagonista comenzó a subir sus propias montañas en el escenario.
Un micrófono pegado a una vara de metal ayudaba al montañero a comunicarse con el público, mientras realizaba todo tipo de equilibrismos.
Hubo quien se quedó con las ganas de lanzarse a la aventura y tuvo oportunidad de demostrar sus dotes de excursionista en el mismo escenario, consiguiendo que el público también formase parte del show.


Maren cautiva Sallent
Cuando una voz prodigiosa coincide con una banda de ensueño lo único que puede resultar es el exquisito directo de Maren.
Sus temas consiguen que todos los idiomas en los que canta lleguen a cualquier persona que la escuche, entienda o no entienda la letra. En euskera, inglés o castellano, Maren llena el escenario con su carismática voz.
Su aparente timidez transmite los sueños y anhelos de una artista que, aunque despegando, se atisba ambiciosa. Temas como ‘La estación espacial de Teruel’ o ‘En el túnel de lavado’ tomaron una dimensión distinta y todavía más disfrutable, si cabe, que sus versiones originales.
Una adaptación de la canción vasca ‘Katalintxu lora ederra’ con Maren sola a la guitarra hizo del final del concierto, un cierre de lo más emotivo.