Dicen que un hábito se integra en nuestro día a día cuando conseguimos mantenerlo durante 21 días. Tres semanas. Es justo el tiempo que ha pasado desde que comenzó El Mundo en Sallent Festival, y que ahora llega a su fin.
Los paseos por los puestos de los artesanos, el picoteo en la zona gastronómica, las cervezas y la sidra a mitad de tarde, los conciertos en los diferentes escenarios del festival y los espectáculos infantiles pasan a formar parte de nuestros recuerdos de verano.
Un último domingo caluroso despidió estas semanas de ocio y entretenimiento en el Pirineo Aragonés, donde tantas personas deciden pasar unos días libres cada año.
El folk desde Francia con Está
Muchos estilos distintos de música han pasado estos días por los escenarios de Sallent, Formigal y Portalet, pero todavía faltaba la pincelada de folk para cerrar este festival como se merecía. Desde los Pirineos Bearneses, el grupo de músicos Está, viajó hasta Sallent de Gállego para deleitarnos con su selección de temas. Acordeón, arpa, violín, teclado… La numerosidad de sus integrantes e instrumentos ha hecho que el escenario se llenase desde el primer vals que interpretaron.
Los instrumentos menos habituales llamaban la atención del público, que observaba con curiosidad y de manera animosa a los músicos de Está. Su show de casi dos horas se hizo escaso para todos aquellos que veían el concierto desde el abajo, y pidieron que tocasen alguna pieza más antes de retornar al país vecino.
Todavía quedaba tarde por delante antes de clausurar El Mundo en Sallent Festival. Los visitantes y locales siguieron visitando el mercado y los puestos de comida, y apuraban las horas bajo la peña Foratata.
Este festival multicultural que es ya un referente en la zona, acabó la edición con los últimos transeúntes que resistían a que el domingo y el mercado pusiesen su punto y final.

